SABÍAS QUE ? Incendio del Gran Teatro del Liceo de Barcelona (1994)

¿SABÍAS QUE…?

 

1. La necesidad de Franco de asegurar su liderazgo civil le llevó a alargar la guerra deliberadamente para conseguir una victoria total y liquidar al enemigo.

2. La ley del Gobierno de Burgos que más duró sin sufrir una sola corrección fue la de Prensa (1938), modificada en 1966.

3. Las reformas más destacadas en los seis primeros meses fueron la derogación del Estatuto de Autonomía de Cataluña y la instauración de la pena de muerte.

 

31 de enero

 

 Incendio del Gran Teatro del Liceo de Barcelona (1994)

El Gran Teatro del Liceo de Barcelona, el Liceu, como es conocido popularmente, es uno de los más grandes y prestigiosos del mundo dedicados a la ópera. Su edificio tiene —dicho en presente, a pesar del devastador incendio que sufrió el 31 de enero de 1994— más de 165 años de historia y en su escenario se ha representado un número incalculable de obras teatrales y, sobre todo, operísticas.

El edificio fue levantado entre abril de 1845 y abril de 1847, gracias a la aportación de accionistas particulares que se habían constituido en una especie de compañía, la Sociedad del Gran Teatro del Liceo, creada en principio exclusivamente para tal fin en 1837, y a la dirección del arquitecto Miquel Garriga i Roca. Pero pronto, en 1861, parte del edificio quedó destruido por un incendio, del cual quedaron en pie la entrada y el Salón de los Espejos. La determinación de los accionistas del Liceo puso en marcha enseguida su reconstrucción, que dejaron en manos de Josep Oriol Mestres, y la actividad del teatro se reanudó en abril de 1862.

Pero la soleada mañana del 31 de enero de 1994 se nubló a partir de las diez y media en el centro de Barcelona. Los ciudadanos no podían creer lo que estaban viendo: su Liceu ardía. Al día siguiente los barceloneses podrían leer en La Vanguardia un resumen de lo que había sucedido:

La chispa de un soplete acabó ayer, 31 de enero de 1994, con ciento cincuenta años de la historia de Barcelona. Siniestro total. El Gran Teatre del Liceu quedó convertido en cenizas a causa de un pavoroso incendio que se inició a las 10:45 horas en el escenario, cuando los operarios realizaban una reparación menor. Diversos informes oficiales ya habían anunciado que la seguridad fallaba, que el edificio estaba obsoleto y no cumplía las normas mínimas. Centenares de personas se concentraron en la Rambla para ver las llamas que arrasaron el gran símbolo de la burguesía catalana, del que sólo quedó en pie la fachada.

En efecto, por las investigaciones posteriores se supo que dos personas estaban realizando reparaciones en el telón de acero que precisamente debía proteger el escenario. Y es que la Fundación del Gran Teatro del Liceo había sido alertada de problemas de seguridad en el edificio y acababa de poner en marcha los trabajos de recuperación, cuyos resultados fueron, vistos hoy, irónicos: una chispa de soplete prendía el cortinaje permanente, y este comenzó a arder como un papel, provocando una especie de bombardeo incendiario con los trozos que se desprendían, alcanzando el propio escenario y, lo que es peor, el telón de terciopelo. Los propios operarios trataron de minimizar los daños, pero tardaron demasiado en avisar a los bomberos.

Barcelona vio resurgido el edificio cinco años después, ya listo para que en su gran escenario se reanudase la función una gloriosa noche de octubre de 1999.


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